Skull es un clásico juego de faroleo y ocultación en el que todo vale para hacerte con la victoria. Teje tus redes de maldad y engaña a tus amigos para llevarles hacia tus trampas con las más desesperadas tácticas que se te pasen por la imaginación. Cuando menos lo sospechen estarán a tu merced. Un hilarante juego en el que entre tres y seis jugadores tratan de leer la mente de sus rivales para adelantarse a sus planes de victoria y desbaratarlos.
La mecánica de juego de Skull es muy intuitiva. Al comienzo de la partida cada jugador tiene cuatro discos, tres de ellos ilustrados con flores y un cuarto con una calavera sonriente. La ronda comienza cuando todos los jugadores eligen simultáneamente uno de sus discos y lo colocan boca abajo delante de ellos. Cuando sea tu turno tienes que decidir si vas a poner otro disco boca abajo delante de ti o quieres realizar una apuesta. Si completas con éxito dos apuestas ganas la partida. Si, por el contrario, te equivocas en tu pronóstico y fallas la predicción pierdes uno de tus discos. Al perder el último de ellos estás fuera de la partida, de manera que tus rivales van a hacer todo lo posible para que esto ocurra. Y cuanto antes, mejor.
¿Cómo funcionan las apuestas en Skull? Es muy simple, tienes que apostar por la cantidad de discos que eres capaz de destapar sin sacar una calavera. En el momento en que un jugador decide apostar, los siguientes solo tienen la opción de aumentar la apuesta o pasar y salir de la ronda. Ninguno de los participantes puede, desde ese momento, colocar más discos sobre la mesa. Una vez que todos los demás se hayan retirado es el momento de que intentes salir victorioso. Para ello tienes que levantar tantos discos como hayas apostado tanto tuyos como de uno de tus oponentes. Sacar una calavera antes de tiempo implica perder uno de tus discos y estar más cerca de la derrota, ¡así que ten cuidado!